Pues si, lo prometido es deuda y como no podía ser de otra manera hemos vuelto a nuestro camping de referencia, quizás por cercanía o quizás porque allí nos sentimos a gusto.

Esta vez hemos estado 6 días en los cuales hemos podido descansar enormemente. El no oír un solo ruido, mas que los pájaros o el viento moviendo las hojas de los arboles, lleva a uno a evadirse de la realidad y sumergirse en un estado de calma y serenidad que cura la ansiedad, la cual padezco a diario desde hace casi un año, y cualquier otro mal que el ajetreo de la vida diaria nos puede ocasionar.

En esta ocasión el camping estaba algo cambiado, muchos de los mobil home ya no estaban y los operarios del camping se afanaban en reparar y nivelar los terrenos que habían dejado aquellos mobil home, ahora vacíos, llenos de nada.

El camping sigue tan limpio como en el 2015, aunque eché en falta que algún jardinero se hubiese ocupado esta primavera de eliminar todas las malas hierbas que invadían muchas de las parcelas, haciendo las inapropiadas para acampar en ellas.

Comentar por último que el día de salida se equivocaron en la facturación de la estancia, hecho aislado que se resolvió sin problemas gracias al profesional de recepción. Sin duda algo que no nos había pasado nunca y tenemos la certeza de que no es algo que pase habitualmente.

Volveremos? Siempre.